Pepe se parte las costillas por el Madrid

Son días de incertidumbre. En la capital blanca la renovación de Pepe sigue en el aire. El derbi ha avivado la llama de la renovación del central, autor del único tanto del Real Madrid con un descomunal testarazo. El público, en pie y rendido al portugués, le despidió con una tremenda ovación tras su lesión. Con gritos de "Pepe, quédate", el coliseo blanco dictaba sentencia. Pepe es madridismo y no hay nadie que defienda el escudo como él. El club le ofrece un año más de contrato y otro opcional si llegase a cumplir las expectativas, sin embargo, el central portugués cree que merece dos tras haber defendido 10 años la elástica del Real Madrid por encima de cualquier cosa. El Bernabeu quiere que se quede y Pepe ama su casa. "Esperaré al Madrid hasta el último segundo", sentenció Pepe el pasado domingo.

El central luso es un ejemplo de madridismo, de esos que son de corazón. Así lo demuestra cada vez que anota un gol, ya sea besando el escudo, agarrándolo con rabia o apretándolo contra su pecho. Su amor por los colores es irrefutable. Sin embargo, en estos tiempos, todavía hay gente que le tacha de 'asesino' o de 'carnicero'. Pepe ya pagó y aprendió de sus errores. Antes de barrer casa ajena, a mi juicio, hay que barrer la propia. El 'asesino' celebra sus goles reivindicando una y otra vez su club, mientras otros reivindican, de manera preocupante, a las madres del colectivo arbitral. "La concha de tu madre" empieza a cansar. El 'carnicero', como dije antes, aprendió de sus errores. En tanto, "el mejor 9 del mundo" continua pegando codazos y patadas a diestro y siniestro. Quizá, algunos no estén en momentos de presumir de valores, ¿o no?. El portugués merece más respeto y me remitiré a títulos, siendo actual campeón de Europa, tanto con el Real Madrid como con su selección. Necio quién no quiera verlo y siga utilizando su pasado para menospreciarlo. La realidad es impermutable, por mucho que pese.

Pepe, quédate.

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