Un Barça dramático se abona a las remontadas

La Juventus, comandada por una excepcional versión del joven Paulo Dybala, pasó por encima del Barça en Turín. Un doblete del argentino y un testarazo de Chiellini maniataron a un pobre Barça que no creó apenas ocasiones de gol(3-0). Los azulgrana buscarán una nueva remontada en el Camp Nou, con el único precedente del 6-1 al PSG.

El Juventus Stadium se vistió de gala para acoger la ida de los cuartos de final de la eliminatoria ante el Barcelona. Los italianos, con hambre de revancha por la final continental de 2015, buscaban obtener un buen resultado que les avalara para la vuelta en la ciudad condal. Y así fue, completando la noche europea más gloriosa del corto período de vida del estadio turinés.

Los italianos, decididos e impetuosos, entraron en el partido de la mejor manera posible. Corría el minuto 6 cuando Cuadrado se internó por la banda derecha del ataque bianconero para filtrar un pase hacia Paulo Dybala. El crack argentino aprovechó la inaceptable pasividad de la defensa culé para girarse y endosarle el primer gol del encuentro a Ter Stegen mediante un zurdazo ajustado al ángulo largo. La Juventus había entrado tensa en el partido, mientras que los de Luis Enrique, desconcentrados y relajados, regalaban balones y cedían ante la intensa presión comandada por Higuaín. Las sensaciones se asemejaban a las de Paris, donde el once blaugrana fue apabullado. Iniesta. sin embargo, tuvo la oportunidad de cambiar el devenir del partido. Messi asistió rebasando varias líneas defensivas italianas para que el manchego se quedara sólo delante de Buffon, que rechazaría el disparo del blaugrana. Poco después, Mandzukic se internó por la banda izquierda hasta llegar a línea de fondo, donde sirvió un balón excepcional para que Dybala, con un potente chut desde el balcón del área, anotara el 2-0 y encendiera todas las alarmas en la ciudad condal. El partido se abrió a partir de ese momento y las ocasiones se sucedieron para las dos escuadras. Con 2-0 en el luminoso, y como en Paris, tomaron los jugadores el camino de vestuarios.

La reanudación no constituyó reacción alguna culé y el choque continuó confirmando las sensaciones de la primera parte. En una de las acometidas de la Vecchia Signora, Giorgio Chiellini cabeceó al fondo de la portería de Ter Stegen un saque de esquina botado por Pjanic. El estadio juventino, sorprendido por la goleada, alentaba a los suyos en busca de más goles. Otra vez, como en el Parque de los Príncipes, el Barça recibía el 3-0 en el minuto 55. Los peores presagios se quedaban cortos de nuevo. Luis Enrique, en una de sus peores noches como técnico azulgrana (circunstancia demasiado habitual, últimamente), no acertó ni con el planteamiento inicial(3-4-3) ni con los cambios introducidos. Higuaín y Dybala continuaban campando a sus anchas acompañados por un Khedira que fue, más que nunca, el jugador que todo aficionado madridista quiso ver en su equipo. Un vendaval físico que ahogó a la defensa barcelonista con su consistente presión.

Los pupilos de Allegri, visto el resultado, comenzaron el repliegue buscando mantener el resultado y descolgando a la dupla atacante argentina. Mandzukic, Khedira y Pjanic, incansables durante todo el encuentro, borraron del mapa al centro del campo culé, que se vio superado en todos los duelos individuales. Andre Gomes, recién incorporado, no fue la solución, como cabía esperar. El partido murió en el área juventina, con un Barça sin fútbol que no encontró premio en la ofensiva final. Suárez y Neymar no aparecieron, mientras que Messi fue el único clavo al que agarrarse durante los 90 minutos. El Barça, con el precedente de la remontada ante el PSG, buscará darle la vuelta al resultado el próximo miércoles en el Camp Nou.

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