¡Esta fórmula sí funciona!

Desde hace dos meses en Liga, desde que el Real Madrid tuvo que dividir energías para llevar acabo sus obligaciones domésticas y europeas con el regreso de la Champions, a Zinedine Zidane no le ha quedado otra que tirar de rotaciones con el fin de conquistar el doblete. Zidane confía en el llamado "Equipo B" -nombre que no hace justicia- y estos, cada vez que saltan al campo, la rompen. El grupo de los Asensio, Morata, Isco, James, Lucas y Kovacic se han hecho con las riendas de La Liga con actuaciones brillantes y un juego sobresaliente. En Riazor la han vuelto a liar.

Esta vez sin Ramos en el campo, el conjunto blanco decidió no dejar los deberes para el tiempo de descuento y se empeño en atropellar al Depor desde el primer minuto. Y así fue, los seguidores locales, sin tiempo a dar ni un solo mordisco a su bocadillo, se encontraron a Morata fusilando la portería gallega a los 52 segundos. El Madrid, en modo arrollador durante toda una media hora de escándalo, siguió creando jugadas de fantasía. En el minuto 13 el Madrid dibujó su segunda obra de arte. Kovacic, imperial durante todo el partido, robó el balón en mitad de cancha y se lanzó a la contra sorteando rivales como si de conos de entrenamiento se tratasen, se la entregó a James para que juguetease con Lucas, que tiró una magnífica pared al colombiano para que el 10, ya dentro del área, definiese con categoría ante Germán Lux. El Real Madrid se divertía con el Deportivo, incapaz de frenar el asedio al que le estaban sometiendo los blancos. Pudieron golear y mandar a los de Mel a casa en 30 minutos, pero los palos y un gol mal anulado a Morata frenaron lo que pudo ser una sangría.

El Madrid se confió y los de A. Coruña dieron el susto. La zaga blanca dejó un hueco en la banda derecha y por allí apareció Juanfran para colgar el balón, Kakuta lo recogió y su chut, con fortuna, acabó convirtiéndose en una asistencia para Florín Andone, que disparó libre marca. El Deportivo buscó sobrevivir y apunto estuvo de encontrarse el empate si el rechace de Sidnei tras un mal despeje de Kiko hubiese cogido dirección a portería. Entre susto y susto, Kovacic quitó el miedo a su equipo tras un robo contundente. Después, Isco cogió el balón y bailó en Riazor. Se fue de uno y de otro, le intentaron tumbar, y cuando parecía que iba a perder la pelota, se sacó de la chistera una ruleta de infarto para ceder a Marcelo, que tras pisar línea de fondo asistió a Lucas Vazquez para cerrar la primera mitad.

Tras el descanso todo transcurrió por el mismo cauce. El equipo de los teóricos suplentes siguió maravillando con su fútbol. De nuevo, otra recuperación de Kovacic en el medio del campo acabó en las botas mágicas de Isco. Trazó con delicadeza y precisión otra ocasión más y puso el balón al espacio para que Morata, sorteando a Tyton, regalase al colombiano el segundo en su cuenta particular. Al rato, fue Isco quién se apuntó el quinto de su equipo. El malagueño sigue ganándose un puesto en el once titular de Zizou a base de trucos y hechizos que dejan boquiabiertos a cualquier espectador. El entrenador francés sacó a Casemiro y el brasileño hizo el último gol de la noche después del clásico tanto de Joselu.

Otra noche para enmarcar del "Equipo B", que volvió a dar un puñetazo sobre la mesa tras solventar con un 2-6 en Riazor, estadio donde Barcelona y Atlético han caído esta temporada. Si el Real Madrid acaba la temporada con otro título liguero en sus vitrinas, mucha culpa la tendrán estos chavales. Sin los titularísimos sobre el césped, la segunda fila sigue sumando de tres en tres. Zidane está acorralado y los chicos amenazan con romper el decreto de que en los partidos más señalados juegan los titulares. Veremos que ocurre, pero esta fórmula sí que funciona.

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